El Secretario de Minería de la Nación, Luis Enrique Lucero, expuso en el Foro Argentina Andina un ambicioso panorama para el sector minero, proyectándolo como un motor clave para la economía del país. Lucero puso el foco en el litio y el cobre, dos minerales esenciales para la transición energética global, al tiempo que destacó el enorme potencial geológico inexplorado del territorio, que aún alcanza un 65% de las áreas con posibilidades de riqueza minera. El mensaje es claro: Argentina está lista para convertirse en un actor de "primera magnitud mundial" si logra atraer la inversión necesaria.

Uno de los puntos fuertes que resaltó el funcionario es la ventaja económica del litio argentino. Proveniente principalmente del denominado "Triángulo del Litio" (Jujuy, Salta y Catamarca), el mineral es extraído de salmuera, lo que reduce los costos operativos aproximadamente a la mitad en comparación con el litio de roca. Con costos operativos rondando los U$S 6.000 por tonelada de Carbonato de Litio Equivalente (LCE), la producción argentina se mantiene sumamente competitiva incluso en ciclos de precios bajos, como el actual, que Lucero situó cerca de los U$S 10.000 por tonelada. Esto garantiza la rentabilidad y el atractivo de las vastas reservas del país, que superan los 18,6 millones de toneladas de LCE .

El secretario también puso el acento en el cobre , mineral indispensable para satisfacer la demanda de energía proyectada en las próximas décadas. Subrayó que provincias como San Juan y Mendoza albergan una riqueza significativa, con San Juan destacándose por sus seis proyectos de "clase mundial". Lucero enfatizó que estos megaproyectos requieren inversiones monumentales que suman decenas de miles de millones de dólares.

La exposición de Lucero se basó en cifras ambiciosas para el año 2035. Según las proyecciones, la producción de cobre podría escalar a entre 1,2 y 1,5 millones de toneladas, y la de litio a unas 500.000 toneladas de LCE . Este crecimiento explosivo podría un impacto directo en las exportaciones: el sector minero, que se estima cerrará 2025 con U$S 5.000 millones, podría alcanzar los U$S 25.000 millones en un lapso de diez años.

Para materializar esta hoja de ruta, el funcionario nacional identificó el principal obstáculo: transmitir confianza a los inversores para movilizar el capital inversor necesario. Lucero señaló que este es el gran desafío que el país debe superar porque la inversión no solo financiará la construcción de las minas, sino que también generará entre 50.000 y 80.000 empleos (directos e indirectos) para el año 2035 en las regiones productoras, demostrando el efecto multiplicador de la actividad.

Finalmente, Lucero abordó el tema de la infraestructura , otro cuello de botella crucial. Sobre el tema, hizo un llamado a la acción para dejar de lado las generalidades y discriminar las necesidades específicas. Argumentó que los requerimientos de generación y transmisión eléctrica son distintos a los de ferrocarriles y caminos, y que solo con un análisis detallado y una estrategia enfocada podrá facilitar la entrada en producción de los yacimientos. La colaboración con organismos como el Consejo Federal de Inversiones (CFI) en el relevamiento de la infraestructura necesaria es la clave para no caer en el "desaliento" y asegurar que la riqueza geológica se convierta en riqueza real para la Nación.